Además, Beba fue una gestora de proyectos excepcional, liderando iniciativas que
promovieron el arte cerámico y beneficiaron a la comunidad. Su trabajo fue fundamental
para el crecimiento y desarrollo del CAAC.
Beba Zabel era una trabajadora leal, confiable y consecuente. De humor áspero y pocas
pulgas pero con un corazón de oro, siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás y
aportar su granito de arena para hacer del mundo un lugar mejor.
Desde el CAAC, enviamos nuestras más sinceras condolencias a sus familiares y amigos
queridos. La comunidad ceramista ha perdido a una gran artista, docente, gestora de
proyectos y persona, pero su legado perdurará para siempre.
¡Descansa en paz, Beba Zabel! Te vamos a extrañar!!